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PSIQUIATRIA

Trastornos Psicóticos

Trastornos Psicóticos

Es curioso cómo en psiquiatría, uno de los grupos de enfermedades más bonitas y agradecidas de tratar, corresponde con los que peor prensa tienen: los trastornos psicóticos.

Cuando alguien escucha cualquier derivado de la palabra “psicosis” lo asocia automáticamente a algo peyorativo o malo, cuando no directamente peligroso. En parte el cine es culpable de esa asociación presente en el imaginario colectivo, pero desde luego, en este caso cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia. 

Por otro lado, es frecuente que cuando escuchamos ciertas noticias en los informativos, se asocie el término “psicosis” o “brote psicótico”, a determinadas conductas violentas, generando la falsa sensación de que la psicosis implica violencia. Está demostrado que las personas que padecen una psicosis son más frecuentemente víctimas de violencia que agresores.

Etimológicamente, vendría a ser algo como una “enfermedad del alma” o “enfermedad de la mente” (del griego psykhe). Antes del siglo XIX, se pensaba que las enfermedades mentales tenían que ver con trastornos del alma, cuestiones religiosas, morales o directamente o brujería, pero por suerte desde el siglo XIX, la psiquiatría se desarrolla como una de las 5 grandes ramas de la medicina y poco a poco se empezarán a sentar las bases de la psiquiatría biológica.

A efectos prácticos, una psicosis es un estado en el que el individuo no es capaz de distinguir lo que es real de lo que no. Los trastornos psicóticos engloban todas las patologías en las que ese estado de psicosis, puede darse de  una forma u otra. La esquizofrenia es la enfermedad que mejor representa la psicosis, y aunque suene a estado de alienación mental irreversible, esto no es precisamente así. Al igual que ocurre en otras enfermedades comúnmente conocidas como la diabetes, tener una enfermedad, no significa estar enfermo constantemente, sino que es una condición que precisa un control y seguimiento, para evitar recaídas. Y de nuevo como en cualquier enfermedad estable, se da que la persona con esquizofrenia, puede llegar a  tener una vida funcionalmente competente. Es importante tener claro que desde una perspectiva biológica, la psicosis tiene su origen en un desorden en los neurotransmisores del sistema nervioso central.

Pero los estado psicóticos no solo se dan en la esquizofrenia, sino que en patologías más comunes como la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar, el trastorno de personalidad o los trastornos por uso de sustancias, pueden aparecer síntomas psicóticos en algún momento de la evolución. Aquí nos habla de cómo un problema tan común, especialmente entre los jóvenes, como el consumo de cannabis, puede inducir síntomas psicóticos.

Cuando la persona o su entorno detectan síntomas o conductas, que sugieran que algo no va bien, porque su comportamiento o lenguaje hacen pensar en que no comparte la misma realidad que el resto en un momento dado, lo más recomendable es consultar con un profesional de la salud mental. Psiquiatra o psicólogo pueden ayudarte a confirmar si esos síntomas corresponden a un cuadro psicótico o no, y orientarte sobre el mejor tratamiento. Aunque hay cuadros psicóticos que pueden remitir espontáneamente pasadas unas horas, esto no es lo más frecuente, sino que lo habitual es precisar algún tipo de tratamiento antipsicótico.

El tratamiento puede prescribirse y administrarse tanto a nivel ambulatorio como hospitalario, y la decisión de un ingreso, dependerá de cada caso en particular. Y es que aquí, como en otras enfermedades, individualizar el tratamiento es clave en la recuperación. Mientras que la parte relacionada con los fármacos recaerá en el psiquiatra, el psicólogo desempeña una labor fundamental en la recuperación de procesos cognitivos, en la psicoeducación, en la identificación de pródromos y trabajo a nivel psicoterapéutico para reducir el riesgo de recaídas y sobretodo, a la hora de trabajar la conciencia de enfermedad. 

Es importante saber que es una enfermedad prevalente y curable, y sobretodo, no temer consultar al respecto, ya que el tiempo perdido entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico e inicio del tratamiento, va en contra de un buen pronóstico.

¿Podemos ayudarte? Quedamos a vuestra disposición.

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Virginia Pérez Maciá