El rol de un psicólogo perinatal por tanto estará dirigido a abordar los cambios emocionales y psicológicos que se producen durante el proceso de maternidad, desde la preconcepción hasta la crianza, con el objetivo de aumentar el bienestar y la salud de la mujer, el bebé y la familia, fomentando las capacidades, habilidades y autoestima de la mujer y tratando las dificultades que puedan surgir por el camino (Sánchez, 2013). Pero la intervención en la Perinatalidad no se interesará solo por la madre exclusivamente, sino también por la construcción de la díada madre-hijo fundamentada en el apego, vínculo y en el desarrollo emocional del bebé considerándose también importante en la intervención todo el sistema familiar y relaciones entre los progenitores.
También con respecto a la prevención en problemas psicológicos y la salud mental infantil, el cuidado de las personas en esta etapa: madre (refiriéndonos no únicamente a madre biológica, sino al cuidador principal) y padre (refiriéndonos a quién ejerza de esta función), será fundamental ya que las vivencias y experiencias de estos adultos en esta etapa influirán y marcarán el desarrollo de la infancia del bebé en todos los niveles, así como su evolución y construcción psicológica posterior. Por ello, si se pueden afrontar adecuadamente las etapas y cambios en el embarazo, parto y puerperio, se ayudará y facilitará la construcción de un apego seguro con el bebé, colaborando así en la prevención de los futuros trastornos.