Psicología Infanto-Juvenil
Psicología Infanto-Juvenil
Los problemas emocionales y psicológicos también se dan en edades tempranas. Si esto sucede y no son tratados, podrán desencadenar futuras dificultades, posibles trastornos en la adolescencia y la adultez. En definitiva, pueden condicionar negativamente el futuro del niño. Es por esto, que un tratamiento eficaz en la infancia y adolescencia, no sólo tendrá una función preventiva, sino que permitirá a los niños desarrollarse y madurar con una buena salud emocional.
Gracias a la Terapia Infanto-juvenil, niños y adolescentes desarrollan habilidades sociales y mejoran su capacidad para relacionarse. Aprenden a solucionar conflictos, a superar sus miedos, a confiar más en ellos mismos, a expresar sus emociones y entenderlas… en resumen: a mejorar su bienestar emocional y su día a día.
- ¿Cuando considerar necesaria la valoración por parte de un profesional de la Psicología?
Existen una serie de señales que pueden indicar cuándo es el momento en el que un niño o adolescente debe ser llevado al psicólogo para ser evaluado y explorar su estado emocional y psicológico. Es muy importante que valoremos y estemos atentos cuando aparece o percibimos:
Un bajo rendimiento o empeoramiento en su funcionamiento escolar y resultados académicos
Si percibimos problemas de atención
Notamos al niño distraído, abstraído o identificamos retrasos en la escritura, lectura o memoria
Tristeza persistente, pérdida de interés, apatía y disminución de la actividad o enlentecimiento motor
Aislamiento o evitación de interacción en relaciones sociales
Autolesiones, herirse a sí mismo o hablar de hacerse daño a sí mismo
Pérdida de peso y problemas con la alimentación
Negativa a comer, restricción de alimentos y aparición de otras dificultades con la comida
Cambios emocionales drásticos, comportamiento, conducta o ánimo
Dificultades para dormir, sonambulismo, terrores nocturnos o pesadillas
Fobias o miedo intenso, ansiedad y preocupación persistente
Mutismo o dificultades en el habla
Problemas en el lenguaje o retraso y dificultades en su adquisición
- ¿Cómo trabajamos en AISEM con niños y adolescentes?
Antes de comenzar nuestra intervención con el niño o adolescente, siempre evaluamos al menor para poder establecer el plan de tratamiento que necesite y poder así intervenir de forma eficaz estableciendo unos objetivos terapéuticos como primer escalón.
- El primer contacto por lo tanto siempre será con la familia, para recoger toda la información y motivo de consulta, así como exploración inicial.
- Una vez realizada esta primera sesión con los padres, entramos en contacto con el menor para llevar a cabo la evaluación directa, a través de pruebas diagnósticas, observación de su comportamiento, test y cuestionarios, además de la entrevista con ellos.
- Posteriormente, daremos a los padres una devolución de resultados y plan de tratamiento: establecer en este primer momento los objetivos de intervención es fundamental.
- ¿Cuáles son los principales trastornos que tratamos en nuestra clínica y que podemos encontrar en niños y adolescentes?
Trastornos de conducta y de control de impulsos
TDAH
Trastornos del aprendizaje
Trastornos de ansiedad
Trastornos de la comunicación, del aprendizaje
Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis
Trastornos del sueño
Trastornos de la conducta alimentaria
Trastornos del estado de ánimo: depresión
Problemas de relación e interpersonales
Trastornos generalizados del desarrollo: asperger
- ¿Intervienen los padres en el tratamiento de los menores?
Una vez comenzada la intervención, y en todo momento, se harán devoluciones a los padres de lo trabajado en cada sesión; así como se realizarán con ellos sesiones de asesoramiento. Estas últimas son una parte fundamental de la terapia, dado que la implicación parental ha demostrado ser imprescindible,para la aplicación y generalización de lo trabajado en casa y el resto de entornos cotidianos del menor.
- Coordinación del Centro Escolar y otros profesionales
La terapia infantil y el aprendizaje de herramientas psicológicas del niño, pretende generalizarse a todos los entornos y contextos del menor; por lo que en el tratamiento se incluirán a todos los agentes que le rodean: padres y familia, profesores, profesionales sanitarios, etc.
Con el centro escolar, orientador, tutores, psiquiatra…se lleva a cabo una coordinación y contacto constante a fin de mantener un seguimiento integral del menor. Nuestro objetivo con ello, es que la evolución del menor también pueda ser evaluada en el resto de contextos. Esta metodología permitirá que, a lo largo del tratamiento, así como con posterioridad al alta, tales agentes dispongan de herramientas para ratificar el mantenimiento de los cambios y ejecutar un seguimiento del uso que niños y/o adolescentes hacen de lo aprendido: regulación emocional, habilidades sociales e interacción, estudio, manejo de su ansiedad, exposición a miedos, etc.