Porque disponer de un buen repertorio de habilidades sociales nos abre las puertas a nuestro desarrollo y satisfacción personal en aspectos clave de nuestra vida, como son el laboral, familiar, relación de pareja, amistades, etc.
Son esenciales para sentir confianza en uno mismo y establecer una buena comunicación tanto verbal como no verbal (gestos, lenguaje corporal, postura, expresión facial, contacto visual..), expresar nuestro punto de vista con seguridad, pedir en lugar de esperar pasivamente, así como tener en cuenta los intereses, necesidades y sentimientos ajenos. Todo ello nos proporcionará seguridad en nuestras relaciones y un mayor control emocional.
Existen estudios científicos que demuestran que las personas que carecen de habilidades sociales sienten malestar, estrés, baja autoestima y con mucha frecuencia emociones negativas (frustración, ira, sentimiento de rechazo…), y todo ello predispone a sufrir alteraciones del estado de ánimo, ansiedad y ciertos trastornos psicosomáticos.
Por otro lado, diversas investigaciones muestran que quienes han entrenado estas habilidades experimentan un aumento en la autoestima y autoeficacia, actitudes más positivas hacia quienes les rodean, menor ansiedad en situaciones sociales, mayor habilidad para comunicarse y una mejoría en su estado de salud general.