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PSICOLOGÍA • CLÍNICA Y SALUD

Depresión y Distimia

Depresión y Distimia

Posiblemente una de las frases que más escuchan las personas con depresión en su entorno es “tienes que poner de tu parte”. Como si la depresión fuera cuestión de estudiar antes de un examen o entrenar para una carrera.

La depresión es un trastorno afectivo con una base neurobiológica en la que un déficit de monoaminas endógenas, interactúa con factores genéticos, epigenéticos y ambientales. No obstante, los sistemas monoaminérgicos se contemplan en un contexto neuromodulador más amplio (1). Se trata de una enfermedad con una prevalencia media a lo largo de la vida del 12% y que afecta el doble a mujeres que a hombres (2) . 

En ocasiones comparte síntomas con otros trastornos neuropsiquiátricos o es el debut de otras enfermedades médicas, por lo que es importante contemplar un amplio diagnóstico diferencial. Dado que en la etiología de la depresión hay implicados factores psicosociales de aparición anterior al debut del cuadro, es importante explorar la capacidad de afrontamiento y manejo del estrés que cada sujeto tiene, antes de pedirle que “ponga de su parte” para agilizar el proceso de recuperación.

Actualmente, todas las personas, independientemente de su estructura de personalidad, pueden estar deprimidas si se dan las circunstancias apropiadas, y es que las particularidades de cada uno pueden condicionar la interpretación de un suceso externo hasta el punto de convertirlo en el detonante de una depresión. Pero, ¿cuándo se convierte la tristeza en depresión?

La tristeza es una de las emociones básicas en el ser humano, y su presencia no es problemática siempre y cuando sea un estado transitorio, reactivo o con una función adaptativa ante cualquier circunstancia. Llamamos tristeza reactiva al sentimiento de tristeza experimentado tras un acontecimiento que el sujeto perciba con esa condición. Este sentimiento no es algo patológico siempre y cuando sea proporcional al evento desencadenante y no condicione la vida de la persona

Hablaremos de depresión cuando ese estado de ánimo bajo, triste, se prolongue durante más de dos semanas, y esté acompañado de apatía, anhedonia (incapacidad para sentir placer), problemas de atención y concentración, sensación de falta de energía, afectación del sueño o del apetito y sobretodo, cuando todo esto interfiere en la funcionalidad habitual de la persona. En este caso, puede llegar a tener consecuencias tanto personales como económicas y sociales. El correcto diagnóstico y tratamiento lo más precoz posible, contribuirán a minimizar el impacto que la enfermedad pueda tener sobre el sujeto y su entorno.

En ocasiones, a pesar del correcto tratamiento, los síntomas depresivos mejoran pero no llega a recuperarse completamente el estado de ánimo habitual, manteniendo la persona un ánimo subdepresivo, cronificado, o lo que técnicamente se conoce como distimia.

Tristeza reactiva, depresión o distimia, todo son palabras para describir un estado emocional desagradable y del que la persona desea alejarse. Aunque la idea de “poner de nuestra parte” es imposible que no aparezca cuando hablamos de esto, lo más adecuado y saludable es ponernos en manos de profesionales cualificados, ya que estamos hablando de una enfermedad emocional con origen en nuestro cerebro.

Existen dos tipos de tratamiento: los psicofármacos y la psicoterapia. Mientras que los psicofármacos se encargarán de restaurar los niveles de monoaminas causantes de la falta de reactividad emocional adecuada, la psicoterapia nos ayudará a restaurar progresivamente la funcionalidad . Por tanto, la combinación de ambas estrategias aumenta las posibilidades de éxito del tratamiento, o lo que es lo mismo, aumenta las posibilidades de que la persona recupere su estado previo cuanto antes. A partir de ahí, ya podrá “poner de su parte”.

Referencias:

  1. Sadock BJ, Sadock V, Ruiz P. Sinopsis de Psiquiatría. Ciencias del comportamiento, psiquiatría clínica. 11ª ed. España: Wolters Kluwer; 2015. 347.
  2. Rihmer Z, Angst A. Mood disorders: Epidemiology. En: Sadock BJ, Sadock VA, eds. Comprehensive textbookof psychiatry. 8ªed. Baltimore: Lippincot Williams and Wilkins; 2004.

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